Capital de las nuevas Poblaciones
El sitio en que se ha fundado este lugar, capital de las Poblaciones de Sierra Morena, se llamaba La Peñuela, en tiempo que no había en él otra cosa que un pobre y reducido convento de carmelitas, rodeado por todas partes de la maleza en que las fieras se abrigaban. Hoy se ve en él un lugar que se distingue de todos los de España […]
PABLO DE OLAVIDE A MIGUEL DE MÚZQUIZ (1770)
El 5 de julio de 1767, Carlos III firmaba la Real Cédula del Fuero de Población que contenía las instrucciones para levantar nuevos pueblos en Sierra Morena y Andalucía. Con Pablo de Olavide al frente, se funda la Real Carolina como capital de aquella nueva provincia que nacía en España, para ser el modelo por el que irradiar las reformas económicas y sociales que propugnaba el Gobierno ilustrado de Aranda, Campomanes y Múzquiz. Más de 8.000 colonos extranjeros, serán conducidos desde Centroeuropa a estas Nuevas Poblaciones por el bávaro Thurriegel. Nuevos pobladores que iban a recibir suertes de tierra, casas, simientes, herramientas, aperos, ganado y una serie de exenciones fiscales y subsidios hasta ser autosuficientes. Constituyen las Nuevas Poblaciones, un ejemplo de ordenación sobre el territorio, de colonización y asentamiento perfectamente planificada, de parcelación minifundista de cultivos y de reforma agraria; y también gozarán de las aplicaciones más modernas, como hospitales y medicamentos para los colonos, enseñanza primaria obligatoria y gratuita para los menores, chicos y chicas, así como otras ventajas sociales que transforman a una población hambrienta en pequeños propietarios.
La feligresía de La Carolina se levanta a partir del antiguo Convento de La Peñuela, y contará en su término con las poblaciones de Navas de Tolosa, La Fernandina, La Isabela, Vista Alegre, Ocho Casas y Seis Casas (estas últimas hoy reducidas a cortijadas). Su progreso y desarrollo fue evidente y ejemplar, siendo comentado por toda Europa. Pero pronto sufrirá la oposición y la ira del Antiguo Régimen, en un orquestado escarmiento que se representa en el auto de fe de la Inquisición contra Olavide. Aunque las colonias pierden a sus padres protectores, el Fuero les permitió seguir creciendo y ser pueblos felices, hasta que la Guerra de la Independencia Española en 1808 vuelve a exigir el precio de ser un punto estratégico en la Puerta de Andalucía y se paraliza su progreso ante el esfuerzo de guerra. Apenas pudieron recuperarse estas poblaciones en la primera mitad del XIX, y una vez abolido el Fuero el 5 de marzo de 1835 sufren grandes pérdidas con las desamortizaciones, se desfigura el parcelario de suertes y en el caso de La Carolina, se producirá una brusca transformación por la emergente actividad minera.