24 de noviembre
En torno al 24 de noviembre, el pueblo se congrega en la Parroquia de la Inmaculada para oficiar la Santa Misa y la veneración de la reliquia del Santo. A la salida se mantiene la tradicional rifa de un cerdo. Y a la tarde, el pueblo se echa a la calle para acompañar al patrón en procesión. Punto álgido de la celebración, es la llegada a la Ermita de San Juan de la Cruz, donde se venera su recuerdo, estancia y milagros. Castillos de fuegos artificiales y todo tipo de eventos deportivos y culturales amenizan esta festividad.
Desde los primeros momentos de la fundación de La Carolina, los colonos mostraron gran devoción por San Juan de la Cruz, que pasó algunas estancias en el antiguo Convento de La Peñuela, de manera que fue prontamente adoptado como patrón y protector. Hasta hace pocos años, la Hermandad de San Juan de la Cruz de La Carolina ha sido la primera y la única en el mundo con esta advocación, y siempre ha estado muy arraigada en la beneficencia y asistencia social y espiritual del municipio.