Torres y Plaza de la Aduana

Llamadas así por flanquear el paso a la plaza de la Aduana donde se cobraban los impuestos y peajes. Estando ya construidas en 1792, fueron levantadas para adornar y guarnecer la entrada Norte y principal de la ciudad. En el diseño original del plano de La Carolina se preveía levantar torres iguales de adorno en cada vértice. De sencilla y armoniosa construcción de estilo neoclásico, son elementos arquitectónicos característicos y representativos de la ciudad, que ponen de manifiesto el especial empeño por embellecer y dignificar el urbanismo y arquitectura de La Carolina por su condición de Capital de las Nuevas Poblaciones.

Conservan la morfología colonial las casas que circundan la Plaza de la Aduana, y las que junto a las Torres hacen de pórtico y fachada de entrada a la localidad.

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